13 de enero de 2018

The Real Cuban Music dedica su segundo volumen a Compay Segundo

Cuenta la historia y la leyenda que Máximo Francisco Repilado Muñoz se convirtió en Compay Segundo en el año 1949 cuando, junto con su compañero Lorenzo Hierrezuelo, crearon el dúo Los Compadres: a Hierrezuelo se le conocía como Compay (como se decía Compadre en la zona oriental de Cuba) Primo porque hacía la primera voz, y a él se le llamó Compay Segundo porque tocaba el armónico y hacía la segunda voz. Y desde entonces el mito jamás sería conocido de otra manera.

Había nacido en Siboney en 1907 y ya desde muy pequeño comenzó a tocar “de oído” la guitarra y el tres cubano, lo que le permitió crear a partir de ambos un instrumento nuevo, el armónico que es una guitarra de siete cuerdas.

Su carrera artística comenzó con 15 años como clarinetista en la Banda Municipal de Santiago de Cuba y, a partir de ahí, pasó por diferentes conjuntos y agrupaciones: el cuarteto Cubanacán, el quinteto Cuban Stars (dirigido por Ñico Saquito), luego en 1938 en el Cuarteto Hatuey (con Lorenzo Hierrezuelo, Marcelino Guerra y Evelio Machín, hermano de Antonio Machín) que triunfaron también en México, después como clarinetista en el famoso Trío Matamoros cuando el cantante era el gran Beny Moré…

Hasta que en 1949 se produjo el momento clave de su carrera: la creación con Hierrezuelo del dúo Los Compadres que fundaron con el propósito de rescatar la música campesina “de monte adentro”, las guajiras y sones de su querida tierra oriental, siendo él mismo el autor de la mayoría de las canciones.

Su etapa con Los Compadres finalizó en 1955 cuando fue sustituido en el dúo por Reynaldo Hierrezuelo, hermano de Lorenzo.

A partir de entonces, comienza su carrera en solitario (dando nombre a su propio grupo) hasta que en 1997 se produce el momento cumbre de su biografía musical: su participación estelar en el proyecto “Buena Vista Social Club” de Ry Cooder que se convierte en un éxito a escala mundial. El resto, hasta su fallecimiento en La Habana en julio del 2003, es ya historia… ¡y de la buena!

Este recopilatorio de 20 canciones incluye todos sus grandes éxitos (El cuarto de Tula, Balcón de Santiago, Voy pa’ Mayarí, Chicharrones con tostones, La juma de ayer… y por supuesto Chan Chan) de su etapa con EGREM, sin duda la más original y auténtica de su brillante carrera.

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